> Consejos previos
> Para comenzar…
> Las zonas sensibles.
> El gesto clásico:
> ¿Tragar o no?
Para que una felación sea un éxito, lo más importante es pensar que se trata de un contacto agradable, excitante.En ningún caso debe tratarse de un acto obligado. No debes sentirte forzada, sino resultará un verdadero fracaso. Acariciar o besar a alguien cuando no se tienen ganas de hacerlo, no resulta agradable para ninguna de las partes, ya que la persona que lo recibe se da cuenta de esta falta de deseo. Ninguna mujer puede convertirse en una experta de la felación, la primera vez que la ha practicado. A demás, la finalidad no debe ser querer alcanzar siempre la perfección. No olvidemos, que el efecto de una caricia, sea cual sea, viene más de la emoción compartida que del acto en sí mismo. Por ello, hay que olvidarse de los complejos, una caricia, aunque torpe, cuando es realizada con el deseo de procurar placer, de descubrir al otro, siempre será bien apreciada. Lo fundamental, antes de lanzarse, es una limpieza irreprochable. La mayoría de los hombres, lo saben. Y en caso contrario, hay que mentalizales. Darse juntos una ducha antes de pasar al acto, y por qué no, comenzar a acariciarse bajo la ducha para lavarse juntos todas las partes del cuerpo, es una muy buena manera de empezar.
> Para comenzar…
Para una mujer, un sexo masculino, cuando empieza su vida sexual o cuando se tiene una primera relación con el hombre amado, puede intimidar e incluso inquietar. El tacto por la boca no resulta espontáneo para todas las mujeres. Por ello, hay que acostumbrarse. Empezar por posar los labios, besarlo, ya es muy excitante, puesto que el sexo suele reaccionar a estos contactos mediante una erección más afirmada. Por ello, a veces no merece la pena ir más allá. Evidentemente, tu enamorado deseará ir más lejos, pero la espera de caricias más marcadas, estimulará a la vez su deseo y su placer. Por ello, ¿porqué forzarte a ir más rápido si no te sientes capaz o preparada para hacerlo? Deja que las cosas vengan progresivamente y sobre todo, déjate guiar por tus propios deseos.
> Las zonas sensibles
En un pene, los lugares para besar, acariciar o mordisquear son muy diversos. El más receptivo es el glande, zona de mucosa rosa, muy rico en captadores de placer. La hipersensibilidad se sitúa a la altura de la corona del glande, ese contorno que le separa de tronco del pene, encima del freno. Es en este lugar donde puedes insistir para procurar mayor placer.
> El gesto clásico
Una felación imita una relación sexual de penetración. Se trata de tomar el pene en la boca y reproducir los movimientos de va-y-ven de la relación sexual clásica. Lo esencial (según todos los hombres) es no utilizar los dientes (¡hace daño!'), sino hacerlo con mucha suavidad (¡es muy sensible!). El movimiento puede ser rápido o lento, profundo o más superficial. Por ello, lo ideal es preguntarle lo que prefiere. Algunos hombres prefieren la lentitud y otros la rapidez. Unos prefieren las presiones marcadas y otros la ligereza... En cualquier caso, siempre puedes hacer prueba de inventiva y seguir tu inspiración del momento.
> ¿Tragar o no?
La idea de tener esperma en la boca puede resultar excitante... o repugnante. Si no sientes especial atracción, no debes, en ningún caso, sentirte obligada a hacerlo. Ya que si lo hicieses sin estar convencida, podría acabar provocándote un rechazo total. Un hombre siempre puede retirarse a tiempo y siempre sentirá placer. Tambien puedes dejarle eyacular y después escupir... En cualquier caso, el esperma no mancha ni es peligroso, siempre y cuando sepáis que los dos sois seronegativos, por el SIDA.. Es IMPORTANTE saber que existe un riesgo de transmisión del viurs del SIDA a través de un contacto entre el esperma y el interior de la boca. Por ello, en caso de que uno de los dos no se haya hecho el test, es fundamental utilizar un preservativo. De esta manera, no tendrás contacto directo con el esperma